Desde el 24 de agosto hasta el 22 de septiembre
Virgo en el Zodíaco Occidental
Triyoduro amónico
Elemento: La pandereta
Color: Marrón azulado
Metal: Sepultura.. Un poco de Rammstein
Piedras: Canto rodado
Los Triyoduros Amónicos son excepcionales con los rompecabezas. Son atentos a la hora de oir instrucciones. Su gran virtud es que no se quedan afónicos luego de insultar de modo vehemente durante más de una hora.
Les gusta coleccionar la ropa interior de los demás y las llevan como amuletos. Suelen tener problemas con los pilotos de aviones porque les gusta arrojarse sin paracaídas, y a los piloto no, pero luego de varios insultos suelen cumplir con su objetivo. Son kamikazes por naturaleza.
Aspectos negativos: a pesar de ser virtuosos en la kamikazidad, desconocen las consecuencias de determinadas acciones que pueden derivar en, muy probablemente, su muerte. Su poca distracción para aprender se desequilibra con su baja capacidad de incorporar conocimientos.
A pesar de recordar todo muy bien, se les complica a la hora de administrar los objetivos y terminan confundiéndose; por eso quizás terminan inmolándose en una chacra.
Profesión y negocios: Químicos, kamikazes, esquiadores, pacientes de dentistas, inmoladores con latas de atún, macgyvers, incineradores, mochileros, paracaidistas rebeldes y referís masoquistas. En el ámbito de los negocios suelen ser muy poco cautelosos e invierten en productos altamente inflamables que no están aprobados por laboratorios oficiales.
Especulan con la bolsa, sobretodo si es tóxica de nylon y altamente inflamable. Son emprendedores y muy motivadores, pero cuando se trata de reuniones de negocios, la elite indumentaria los confunde y habitualmente termina en la explosión de alguna oficina (Debido a su talento macgyveriano pueden armar un explosivo con un sobrecito de azúcar, una tarjeta de blockbuster y un poco de salsa ketchup.. ah, y nitroglicerina claro. Mucha nitroglicerina).
Amor y sentimientos: Se caracterizan por la ausencia de grises; aman u odia, adoran o profanan, mueren o matan, mueren y matan (por su kamikacizismo). No toleran la infidelidad, salvo que la ejecuten ellos mismos. Aman los días soleados, pero aborrecen los días nublados por su falta de percepción de grises, esto genera confusión en ellos y terminan insultando a pilotos y estrellándose contra chacras.
Dentro de sus fetiches se encuentran: la obsesión por atar con guirnaldas y el masoquismo con alimentos en mal estado. Cuando están enamorados, salen a dar una vuelta en subte a tocar la pandereta una versión acústica de Sepultura. Cuando se pelean con su pareja se arrojan desde una avioneta sin paracaídas y se estrellan en la casa de su ex.
Salud: Son muy fuertes y vigorosos, pero no resisten la embestida de un toro de frente, y tampoco suelen sobrevivir a las inmolaciones. Si no fuera por su ambiciosa necesidad de estrellarse contra objetos, vivirían mucho tiempo. Tienen serios problemas de adicción a la glucosa (algodón de azúcar, manzana acaramelada, chupetines de azúcar rellenos de dulce de leche, bomba de nitroglicerina detonada mediante una mecha de azúcar). Andar cerca suyo significa deambular por zona de accidentes, son propensos a irradiar una onda expansiva de accidentes bizarros. Su presencia implica tener cuidado alrededor, puede que algo explote seguramente; desde un frasco de mermelada, pasando por el cartucho de una lapicera, pasando por un cartucho de dinamita, hasta un ganchito mariposa alojado en un libro de visitas apoyado en una repisa de caucho no bio-degradable altamente toxica en el comedor arcaico de un hotel 1/4 de estrella para vacaciones de los empresarios del rubro arquitectónico de construcción mediante el uso de armas de destrucción masiva.
